Cómo se mide la dureza de cerámicos y porcelanatos.

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Categories: Ceramica y porcelanatos

Resistencia, alto tránsito, dureza. Todos son adjetivos muy usados en el mundo de los cerámicos pero que se prestan a grandes confusiones. Veámoslo de esta manera. Si tiro una placa cerámica al piso, se parte. Si le pongo un taco de madera debajo y la piso, se parte. Si le pego con un martillo no demasiado fuerte el esmalte se cachará y si el golpe es fuerte… también se parte. Esto no quiere decir que los cerámicos no sirvan para nada. De hecho hay infinidad de metros cuadrados colocados en el mundo y muy pocos están partidos. Y es que los materiales cerámicos (porcelanatos incluidos, claro) solo entienden de desgaste por fricción, es decir, gente caminando. La única resistencia para la que los materiales cerámicos están preparados es la de la abrasión, los pasos de personas. Cualquier otra como compresión (peso) o impacto (golpes) son solicitaciones para los que no hay respuestas. En el caso del peso, como podría ser una auto, el que resiste es el sustrato (contrapiso y carpeta). En el caso de los golpes lo único que ayuda es la suerte ya que hasta el piso más resistente corre el riesgo de cacharse y saltar el esmalte. Es por eso que cuando hablamos de resistencia solo nos referimos a la dureza que tienen los pisos para responder al tránsito, no al peso ni a los golpes.

La dureza se mide en una escala que se llama PEI (Porcelain Enamel Institute), laboratorio creador del método de ensayo que indica un índice de resistencia al desgaste superficial en planchas cerámicas esmaltadas (expuestas en laboratorio a una carga abrasiva a un determinado número de giros intentando simular el tráfico de personas). La escala PEI va de 1 a 5, donde 1 es la menor dureza y corresponde a placas que no admiten tránsito y solo sirven como revestimiento de paredes.

La elección de un piso cerámico está vinculada directamente a su número de PEI, ya que es la referencia de su resistencia al desgaste y dependerá del uso al que sea expuesto cuál dureza elegir. Siempre pensando, claro está, en desgaste por abrasión, nuevamente: ¡gente caminando!

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